El clásico es “Nostalgia”. Ayer durante la "avant premiere", en mi ciudad de la película “Sustantivo Femenino” una codirección de la periodista brasileña Daniela Sallet y del cineasta colombiano Juan Zapata con guión de Daniela, me quede erizado y recordé la letra del tango “Nostalgia”. Y nos es por mi nostalgia de volver al pasado, ni por el estado actual de las cuestiones ambientales en el mundo hoy, que puede ser leída y cantada con en el “tangazo”.
Es porque
la película trae la historia muy similar a lo que ocurrió en la creación de
obra musical impar en la República Argentina: El compositor Enrique Cadicamo
encontró la musicalidad de Juan Carlos Cobián para la perfección, igualito como
la película retrató la relación de las dos heroínas de la lucha ambiental
moderna: Magda Renner y Giselda Castro. Ellas llegaron en determinado momento
ser las personas más influyentes en la sociedad brasileña con sus acciones y
actitudes.
Puse mi
conocimiento técnico en agroquímica a disposición de ellas y tuve una gran
retribución al necesitar comprobar las denuncias de uso de herbicidas para
destrucción de la jungla y expulsión de los pueblos de las selvas. Gracias a la
rápida acción de ellas yo estaba en el área de investigación pocos días después
por solicitud del Secretaria del Medio Ambiente de la Presidencia de la
Republica aún durante el régimen militar brasileño.
El tiempo
pasó y ellas terminaran su jornada humana y se transformaran en luz pero la
obra de esa dupla recién ahora empieza a producir su brillo más intenso.
Es que
estas señoras percibieron muy tempranamente que la principal pelea en contra la
dictadura y revolución verde no se daba en el discurso en contra los venenos
usados en la agricultura, pues percibieron que los campesinos estaban
consientes de su peligro y riesgos, pero no tenían alternativas a no usarlos. Y
las transnacionales a través de los militares ideológicamente corrompidos, mire
que eso es diferente de “corruptos” imponían el uso compulsorio de los venenos,
maquinas, fertilizantes dentro del programa Punto Cuatro del gobierno Truman de
1949 que Kennedy transformó en La Alianza para el Progreso (de ellos).
Si esta
dupla de ambientalista de pura cepa y alcurnia crearon y financiaron la primera
ONG dedicada a la “agricultura orgánica”, como dicen los alemanes o
“biologique” “durable” como dicen los franceses y que posteriormente algunos en
la FAO y otros organismos multilaterales acopiaron con el término de
Agroecología.
Agroecología
que hoy padece de una enfermedad grave por su dicotomía, una muy próxima al
agronegocios e intereses del Departamento de Estado de los EEUU y otra que
brotó de la necesidad emergencial en 1989 en Cuba y que hoy es reconocida en la
Isla Caribeña como la salvación del país y ejemplo para toda América Latina,
África y Asia y garantía de calidad de vida para Europa y otros ricos que no
quieren comer los residuos de venenos, pero tampoco puede producir sin venenos
por su realidad irreversible económica, social y espiritualmente.
Ellas con
capital inicial donada por las mujeres suecas construirán en el Rio Grande del
Sur el ”Proyecto Vacaria”. Hay muchos que no ignoran la letra del tango,
principalmente su refrán: Nostalgia de escuchar su risa loca - y sentir junto a
mi boca - como un fuego su respiración. Angustia de sentirme abandonado y
pensar que otro a su lado pronto... pronto le hablará de amor... ¡Hermano!.
Ayer
después de la película llovía y volví para casa a pie y me vino a mente algo
más allá de la nostalgia: El racionamiento y conciencia cósmica de las dos
damas ambientalistas solo encontré en convivencia con las comunidades
campesinas latinoamericanas donde predominan poblaciones tradicionales. Retorné
a casa cantando el tango, mismo sabiendo que no iba encontrar a LÍdia que
también se transformó en luz, pero resignado por haber algo de esperanza en las
cuestiones ambientales por el biopoder campesino.
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*Engenheiro Agrônomo e Florestal, ambientalista e escritor
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*Engenheiro Agrônomo e Florestal, ambientalista e escritor
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